Hedy Lamarr (Viena, 1914 – Casselberry, 2000) estudió ingeniería de telecomunicaciones, aunque su gran pasión era la interpretación. A lo largo de su vida, logró destacar en ambas facetas.
Más allá de su carrera como actriz, trabajando con importantes cineastas de Hollywood, su gran contribución llegó en 1941 durante la Segunda Guerra Mundial. Con el deseo de acabar con el nazismo, Lamarr ofreció sus conocimientos como ingeniera al National Inventors Council para desarrollar un sistema de comunicación por saltos de frecuencia. Aunque no se utilizó después de su patente, este se convirtió en un precursor de la tecnología moderna de espectro ensanchado.
Más tarde, Lamarr continuó su carrera como actriz, manteniendo en secreto su faceta como inventora, porque creía que podía afectar la imagen de diva de Hollywood. Ya de mayor, en 1997, la Fundación Frontera Electrónica le concedió el Premio Pionero por sus contribuciones tecnológicas.