El viernes 14 de marzo, el Canòdrom – Ateneu de Innovación Digital y Democrática y DigitalFems celebraron una nueva edición del 8M Canòdrom. Por quinto año consecutivo, las Grades se llenaron de talleres, debates y música con un objetivo claro: avanzar hacia una industria musical y tecnológica más justa, accesible e inclusiva.
«El 8M Canòdrom no es solo una cita anual, es una apuesta por repensar las herramientas que hacen funcionar esta industria y ponerlas en manos de quienes históricamente han quedado fuera. Apostamos por la tecnología como herramienta de cambio, no como barrera», afirmó Núria Alonso, coordinadora del Canòdrom, en la bienvenida a la jornada.
La jornada del 8M Canòdrom 2025 comenzó con energía en las Gradas del Canòdrom – Ateneu d’Innovació Digital i Democràtica, poniendo el foco en la capacitación digital como motor de transformación feminista dentro de la industria musical y tecnológica. Fue solo el inicio de un programa que continuó con debate y reflexión colectiva, y culminó con música en directo para celebrar el talento y la fuerza de las artistas y creadoras.
Datos que empoderan para impulsar carreras musicales
Con esta voluntad transformadora, la primera parte del día se centró en dos talleres de capacitación digital pensados para ofrecer herramientas reales y útiles a mujeres y personas de género diverso que trabajan en el mundo musical. La formación puso sobre la mesa los usos estratégicos de los datos y la inteligencia artificial para hacer crecer proyectos desde la autonomía y el conocimiento crítico.
El primer taller estuvo conducido por Sarah Kloboves y Melina Raglin, de la plataforma Chartmetric, una herramienta que ya utilizan más de 4.000 organizaciones de la industria musical a nivel global. Durante la sesión, explicaron cómo el uso estratégico de los datos puede ser clave para la profesionalización artística en un sector cada vez más globalizado.
«Los datos bien interpretados son poder», explicaba Kloboves mientras mostraba cómo, a partir de más de 10.000 fuentes distintas, se pueden obtener insights precisos sobre audiencias, posicionamiento en plataformas o evolución de trayectorias artísticas. Raglin insistía en cómo este tipo de herramientas permiten detectar puntos de crecimiento, analizar presencia en redes sociales o comparar artistas de forma objetiva.
El taller incluyó una inmersión práctica en la plataforma, desde la visualización de estadísticas hasta la gestión de metadatos o la creación de comparativas entre perfiles similares. También se subrayó la importancia de hacer una lectura crítica de los datos y entenderlos como una herramienta de estrategia y autonomía.
Cuando la inteligencia artificial es una aliada
A continuación, Majo Clutet, cantautora, comunicadora y analista de contenidos comerciales en Larrosa, guió el segundo taller centrado en el uso de la inteligencia artificial aplicada a la promoción musical. Clutet presentó la herramienta Wolfie IA, pensada para facilitar el trabajo de artistas, managers y sellos independientes.
«La IA puede ayudarnos a automatizar tareas repetitivas, ganar tiempo para crear y reducir el agotamiento que genera la autogestión», apuntaba. Más allá de la productividad, también destacó el potencial de la IA para hacer promociones más dirigidas y estratégicas basadas en datos, pero también como herramienta de autocuidado dentro de un ecosistema a menudo precarizado.
Durante la sesión se compartieron casos prácticos de generación de contenidos, planificación de giras, diseño de pitchings o creación de materiales promocionales con IA. Clutet insistió en que el uso de estas herramientas requiere criterio: «No se trata solo de generar texto o imágenes. Hay que saber hablar con la máquina y después humanizar los resultados».
Por eso, presentó tres claves para un uso crítico y ético de la IA generativa: saber promptear con claridad, editar y adaptar el contenido generado a nuestro contexto, y detectar posibles sesgos en los resultados. «La IA no es neutral. Necesitamos formación para usarla con mirada propia y transformadora».
Este primer bloque formativo marcó el tono de una jornada que busca empoderar desde el conocimiento y poner la tecnología al servicio de las creadoras. Un paso más hacia una música digital más consciente, más feminista y, sobre todo, más nuestra.
Los metadatos no son neutros
La conferencia siguiente, a cargo de Ivana Feldfeber de Data Género, puso sobre la mesa la dimensión política y social de los datos. «Los metadatos son la historia detrás de los números. Saber quién recoge los datos, con qué objetivo y desde qué mirada es esencial si queremos hacer un análisis ético», afirmó.
Feldfeber destacó la importancia de tener una mirada interseccional sobre los datasets y advirtió que muchas veces, lo que no se recoge genera invisibilidad. «Más datos no significa más soluciones. Hay que hacerse las preguntas adecuadas y entender qué hay detrás de cada conjunto de datos».
También profundizó en los tres grandes tipos de metadatos: los descriptivos (qué contiene el dataset), los de uso (cómo se utiliza) y los históricos (en qué contexto se creó). «Si en un medicamento leemos los efectos secundarios, ¿por qué no hacemos lo mismo con los datos?», dijo, citando el Data Nutrition Project.
Manifiesto por unos metadatos feministas
Durante el debate posterior se presentó el Manifiesto de metadatos con perspectiva de género, impulsado por DigitalFems a través de su proyecto Gimtech. Un documento que defiende que los datos no son neutros y que hay que repensar su gobernanza desde criterios de justicia, seguridad y participación colectiva.
«El primer paso es reconocer que estos datos no caen del cielo. Los generamos nosotras, y por tanto también debemos tener voz sobre cómo se usan», defendió Thais Ruiz de Alda, fundadora de DigitalFems.
El futuro de la música feminista: retos y horizontes
El debate “Un Cybersyn para democratizar la cultura digital”, moderado por Antònia Folguera (XRCB y Sónar+D), reunió distintas voces de la escena musical y tecnológica. Lara Alcázar (MIM) expuso que solo el 13,7 % de los cargos de dirección en la industria musical están ocupados por mujeres, y que la falta de presencia femenina en espacios de decisión afecta tanto a la producción como a la distribución del arte.
Kissy Y. Perea (Roots Entertainment Agency) destacó la necesidad de apropiarse de la tecnología: «Siempre se nos ha visto en el escenario, pero también somos productoras, project managers y estrategas. La IA puede ser un altavoz para nosotras». También puso sobre la mesa la precarización del sector y la falta de reconocimiento del trabajo intelectual de las mujeres en la industria.
Natalia SanJuan Betancourt (Femnøise) reivindicó una industria sin género: «Quiero que nadie esté por cuota. Pero también quiero una industria feminista, abierta y plural, donde todas las voces puedan aportar».
Folguera cerró el debate hablando de un tema a menudo invisible: el dinero. «Hay que hablar de visibilidad, pero también de salarios dignos. Si no tenemos recursos para invertir en nuestro trabajo, seguiremos atrás. Y eso también es estructura de poder».
Música en directo para emocionar y reivindicar
La jornada se cerró con dos conciertos que demostraron que la música también puede ser discurso y emoción. Fernanda Alemán & FTFS ofrecieron un viaje sonoro con electrónica y raíces andinas, mientras que GIGI ROS desplegó un directo potente de pop experimental con una puesta en escena que fusionó música, imagen, movimiento y estilo.
Con esta quinta edición, el 8M Canòdrom se consolida como un espacio de referencia en la ciudad para repensar el presente y construir futuros posibles. Una jornada para aprender, hacer red y reivindicar que la música y la tecnología también pueden ser feministas. Porque transformar la industria empieza por transformar las herramientas.