Sofia Williamson: «La investigación participativa empodera las jóvenes para ser agentes de cambio»

Con motivo del 11 de febrero, Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, hemos conversado con Sofia Williamson, cofundadora y project manager en Lichen Innovación Social, una de las entidades colaboradoras del Canòdromo.

A través de proyectos innovadores e inclusivos, Lichen aborda grandes desafíos sociales y medioambientales, fomentando la corresponsabilidad y la inteligencia colectiva como herramientas clave para generar impactos positivos.

En esta entrevista, Sofía nos habla de la importancia de la investigación participativa, una puerta para que cada vez más jóvenes sean agentes de cambio, investigadores y creadores de soluciones que contribuyan a un futuro más justo y sostenible.

¿En qué consiste la investigación participativa?

La investigación participativa permite involucrar activamente a las comunidades en temas que les afectan, no solo para recopilar datos y ampliar el alcance de un estudio, sino también para fomentar el pensamiento crítico, democratizar el conocimiento y generar conciencia sobre los desafíos que enfrentamos, impulsando la responsabilidad, el compromiso y la acción colectiva.

Participáis en muchos proyectos de innovación social y ciencia ciudadana que velan por la salud planetaria. Hoy queremos centrarnos en CIRCULATE. ¿Cuáles son los objetivos de esta iniciativa?

CIRCULATE busca visibilizar una problemática creciente y poco explorada: las partículas de desgaste de los neumáticos, así como entender la exposición de la ciudadanía a estos contaminantes. En el proyecto, jóvenes de dos institutos de Barcelona participan activamente en un estudio científico que utiliza diversas herramientas de medición, como sensores medioambientales, pulseras de silicona y muestras de orina para medir la exposición a estas partículas. Después, los y las estudiantes participan en la fase de prototipado, cocreando intervenciones divulgativas para sensibilizar sobre este desafío ambiental.

¿Cómo fomentáis el diálogo horizontal entre la academia y la ciudadanía a través de este proyecto? ¿Qué rol juegan los y las jóvenes en Circulate?

La comunicación es fundamental para fomentar un diálogo horizontal. Queremos que temas complejos conecten con las personas de una manera comprensible y accesible, por eso prestamos especial atención al diseño, la identidad visual y las dinámicas interactivas durante las sesiones. En CIRCULATE, los y las estudiantes no solo fueron parte activa del estudio científico, sino que también diseñaron y crearon prototipos que permiten visibilizar el problema de las partículas y su entorno.

¿Cómo fomentáis el espíritu investigador en niñas y adolescentes?

Nos enfocamos en hacer que los temas complejos sean más atractivos y comprensibles para despertar su curiosidad. Además, buscamos crear espacios inclusivos de participación donde las jóvenes puedan reflexionar, hacerse preguntas y experimentar de manera práctica. Para nosotros, el valor está en el proceso de investigación, no tanto en los resultados finales. Los errores son una gran oportunidad de aprendizaje y son una parte fundamental del camino científico.

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