Digitalización y desigualdades al aula y más allá

La cuarta sesión del ciclo «¿Crecer entre pantallas? Educación, tecnologías y democracia» analizó el impacto de las desigualdades socio-digitales en los derechos de niños y adolescentes, así como proyectos actuales comprometidos en luchar contra estas desigualdades.

El pasado 24 de abril, la Comisión Europea abrió un expediente sancionador a TikTok por infringir la nueva ley de Servicios Digitales. ¿El motivo? No haber respondido a los riesgos del nuevo TikTok Lite, que da recompensas a los usuarios. Como consecuencia, la aplicación se retiró del mercado a menos de un mes de haberse estrenado. «Sospechamos que el servicio de TikTok Lite es tóxico y adictivo, especialmente para los niños», afirmó el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, en X.

TikTok Lite es una red social para ver videos cortos que se diferencia de TikTok por su programa de recompensas, con el cual se pueden ganar puntos si se cumplen tareas como ver videos, dar “me gusta” al contenido, seguir a determinados usuarios o invitar personas a la app. Los puntos pueden canjearse por recompensas, como vales de Amazon, tarjetas regalo de PayPal o la moneda propia de TikTok. Ante esto, la aplicación declaró en X que suspenderían voluntariamente las funciones de TikTok Lite hasta resolver la situación.

Más allá de las aulas, ¿qué impacto tienen las desigualdades digitales? ¿Estamos promoviendo las competencias digitales para borrar las desigualdades o se están consolidando las brechas digitales? La cuarta sesión del ciclo «Créixer entre pantalles? Educació, tecnologies i democràcia» abordó perspectivas diversas sobre las brechas digitales con la participación de Sandra Gómez, investigadora de la Fundación Ferrer i Guàrdia; Carlos Bajo, periodista e investigador social en Oxfam Intermón, Agnès Pàmies, directora del programa Code Club de la Fundación Bofill, y Lidón Gasull, abogada y directora de las Asociaciones Federadas de Familias de Alumnos de Cataluña (aFFaC).

La brecha digital en Cataluña

Sandra Gómez comenzó su intervención contextualizando el fenómeno de la brecha digital en Cataluña. En el marco de la Carta catalana para los derechos y las responsabilidades digitales, la Fundación Ferrer i Guàrdia elaboró un informe donde se recogen los datos de la primera encuesta estatal dedicada exclusivamente a la brecha y la capacitación digital.

Gómez explicó cómo las definiciones de la brecha digital han evolucionado, pasando de centrarse en el acceso a incluir el uso y la calidad del uso de la tecnología. En España, la brecha digital es una manifestación de desigualdades sociales más profundas, afectando de manera desproporcionada a los hogares con ingresos inferiores a 1100 €, que tienen un 20% menos de acceso a la Red. Insistió en la necesidad de garantizar la capacitación digital y reducir la brecha digital actual, que en nuestro país afecta al 32% de los hogares, según la Mesa del Tercer Sector.

Agnès Pàmies complementó esta perspectiva resaltando la importancia de abordar las competencias digitales no solo dentro de la escuela, sino también fuera de ella. Según Pàmies, «las escuelas deben garantizar la igualdad entre niños, pero es imprescindible crear espacios educativos también fuera de la escuela para evitar que las máquinas lleguen antes que los conocimientos pedagógicos».

Iniciativas educativas y el papel de las familias

En esta sección, Pàmies expuso cómo el programa Code Club de Colectic y la Fundación Bofill fomenta el aprendizaje de programación para evitar la ampliación de las desigualdades digitales. «Solo un 5% de los niños que hacen extraescolares optan por actividades tecnológicas», señaló, destacando la necesidad de colaborar con los niños para hacerlos sentir representados y empoderados en el uso de la tecnología.

Lidón Gasull, por su parte, puso énfasis en el papel crucial de las familias como agentes de cambio. El proyecto edDIT: Corporaciones tecnológicas, plataformas educativas digitales y garantía de los derechos de la infancia con enfoque de género de la aFFaC investiga los usos de las grandes plataformas digitales en las escuelas e institutos públicos analizando el impacto del despliegue de estas herramientas desde seis dimensiones de derecho: el libre desarrollo de la infancia, la igualdad y no discriminación, la libertad de enseñanza y la libertad académica, el acceso a la tecnología moderna y la alfabetización, la privacidad y la protección de datos y el derecho a la información y a la libertad de opinión y de expresión.

Se trata de una investigación de especial relevancia, ya que es uno de los primeros estudios a escala nacional e internacional que evidencia que el impacto y el uso de plataformas digitales de las Big Tech en los centros educativos puede vulnerar los derechos de la infancia. Gasull destacó el papel crucial de las familias como agentes de cambio, agregando que «es imprescindible desarrollar políticas públicas dirigidas a las familias para involucrarlas en la toma de decisiones sobre las herramientas digitales en las escuelas».

La brecha digital y la justicia global

Carlos Bajo Erro aportó una perspectiva global sobre la brecha digital, explicando cómo esta se relaciona con la justicia global. Los derechos digitales ofrecen una oportunidad para repensar el presente e imaginar futuros que no estén dictados solo por Silicon Valley o Pekín y en esta línea, Oxfam Intermón publicó un informe para revisar el concepto de derechos digitales y situarlos en el contexto geopolítico, destacando especialmente las iniciativas de la sociedad civil y las comunidades, y haciendo visibles los movimientos del sur global.

Bajo alertó sobre las amenazas de los modelos hegemónicos de digitalización, que contribuyen a la desigualdad en términos de soberanía, salud, medio ambiente y economía laboral. «Los modelos hegemónicos de digitalización son motores de desigualdad, no solo entre el Norte y el Sur, sino también entre el centro y la periferia», explicó. Abogó por promover una mirada crítica y racional del uso de la tecnología, destacando que «las iniciativas construidas desde la sociedad civil muestran que es posible tener alternativas al modelo tecnocapitalista».

Propuestas para abordar las brechas digitales desde la administración pública

Después de un intenso debate, el evento proporcionó una visión completa y multidimensional de las desigualdades digitales, resaltando la necesidad de una acción coordinada entre instituciones educativas, familias y administraciones públicas para abordar esta problemática:

  • Sandra Gómez destacó la necesidad de reconocer las tecnologías digitales como un bien social y de abordar las desigualdades de manera efectiva. Insistió en que «los datos son fundamentales para comprender la vulnerabilidad de los niños y jóvenes en el entorno digital».
  • Agnès Pàmies insistió en garantizar las competencias digitales dentro y fuera de la escuela con un enfoque ciudadano, no de consumo.
  • Lidón Gasull abogó por poner límites a las corporaciones para proteger la privacidad digital, subrayando que «igual que tenemos la privacidad protegida en la vida real, debemos protegerla también en el ámbito digital».
  • Carlos Bajo Erro recalcó que las desigualdades digitales son una vulnerabilidad de derechos, destacando la necesidad de iniciativas gubernamentales que promuevan un uso responsable y racional de la tecnología.