Una conversación con Ángela Precht y Laura Cabiscol sobre la exposición «Cómo diseñar una revolución: La vía chilena en el diseño» en el Museo del Diseño de Barcelona.

Entre 1970 y 1973, bajo el gobierno de Salvador Allende, Chile protagonizó uno de los experimentos políticos más fascinantes del siglo XX. En plena Guerra Fría, cuando el mundo estaba dividido entre dos grandes polos de influencia, Chile propuso una tercera vía: el socialismo democrático. Una revolución pacífica, elegida a través de las urnas, que ponía la justicia social en el centro del proyecto político

La exposición «Cómo diseñar una revolución: La vía chilena en el diseño», que se puede visitar en el Museo del Diseño de Barcelona hasta el 16 de noviembre, explora cómo este proyecto revolucionario se materializó a través del diseño gráfico e industrial. Ángela Precht y Laura Cabiscol, coordinadoras del proyecto, nos explican los detalles de esta experiencia única.

Del puerto de Valparaíso al Museo del Diseño de Barcelona

Llevar esta exposición desde Chile hasta Barcelona no fue tarea fácil. Laura Cabiscol recuerda los nervios del transporte transoceánico: “Hay una web donde puedes seguir tu barco, y yo cada día lo miraba obsesivamente. Un día veo que el barco ha dado la vuelta y se dirige a otro lado…”

El contenedor hizo transbordos entre barcos, se quedó parado días en Italia, pero finalmente llegó a tiempo para montar la exposición. Como dice Cabiscol, “es como una posta de relevos: de la bodega a un camión, del camión al puerto, del puerto al barco…”

Un programa de actividades para repensar el presente más allá de la nostalgia

La exposición forma parte del legado de la Capital Europea de la Democracia 2024, pero con una mirada hacia el futuro. Precht explica que “queríamos que las actividades hablasen de futuro y de presente. Que no fuese algo nostálgico, sino que inspirase un poco.”

El programa de actividades en el Canòdrom toma los temas de la exposición como puntos de partida para hacerse las mismas preguntas hoy día: ¿Cómo fomentar la participación ciudadana?, ¿cómo fomentar la lectura en la era digital?, ¿qué pasa cuando la inteligencia artificial toma decisiones?, ¿cómo hacer revoluciones desde la cultura actualmente?

CyberSyn o la «Internet Socialista» de los 70

Uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno de Allende fue el CyberSyn, conocido como la “Internet socialista”. Era un proyecto superambicioso y muy a largo plazo, pero con una realidad muy latinoamericana: “Les dieron un solo ordenador para implementarlo, cuando creo que solo había cinco ordenadores en todo Chile”, explica Ángela.

La solución fue genial. Conectaron las industrias del país a través de la tecnología de Télex, de telegramas. Pero la visión iba mucho más allá, porque “la idea era que esta tecnología distribuida tuviese diferentes nodos y que la gente tuviese información en diferentes capas, pudiese influir de diferentes maneras.”

El proyecto más futurista incluía dispositivos domésticos. “Querían que hubiese unos pequeños dispositivos en los hogares para que pudiesen votar en determinadas decisiones.” Una especie de democracia participativa tecnológica 50 años antes de su tiempo.

Pero quizás lo más revolucionario del CyberSyn era replantear la relación ciudadanía-economía. Cabiscol lo explica perfectamente: “Hoy en día vemos la economía como algo que ocurre y que casi nadie controla, como si fuese el tiempo. El IBEX ha subido, la bolsa de Shanghái… es algo que está pasando y tú no tienes ninguna agencia. Pero con el proyecto CyberSyn se quería dar a la ciudadanía esa agencia y responsabilidad.”

Era, en definitiva, un intento de democratizar la economía y hacer que la ciudadanía tuviese poder real sobre las decisiones que la afectaban directamente.

La pérdida del proyecto común

Cuando hablamos de los obstáculos que encontró este proyecto, más allá de la violencia del golpe de Estado de 1973, hay una reflexión profunda. Los comisarios de la exposición, Hugo Palmarola, Pedro Ignacio Alonso y Eden Medina, identificaron que “en el contexto de la Unidad Popular se daban dos factores que generalmente no se dan juntos; había un proyecto político común y había la libertad para desarrollarlo.”, explica Precht.

Hoy en día, según las coordinadoras del proyecto, tenemos la libertad, pero nos falta el proyecto político común. Y esta ausencia tiene consecuencias, como la frivolización del diseño, la desconexión ciudadana de la política, y la pérdida de la pedagogía política.

Comunicación, escala y colectividad: las lecciones para la revolución hoy

Según las coordinadoras, de la experiencia chilena podemos extraer varias lecciones aplicables hoy en día:

1. La importancia de la comunicación clara

“Todo el trabajo que hicieron de comunicar bien las políticas, explicar a la gente por qué se hacían, por qué eran necesarias… Eso ahora se ha perdido bastante.”, añade Precht.

2. Repensar la escala de los proyectos

En las jornadas Cultura y revoluciones del Canòdrom surgió una idea potente: salir de la lógica capitalista de que todo proyecto debe crecer constantemente. “Si en lugar de un festival que empieza con 1000 personas y después 5000 y 15000, hacemos más festivales pequeños autoorganizados, dábamos más escena a artistas locales.”, explica Cabiscol.

3. Recuperar los espacios de encuentro

Todos los espacios donde se puede juntar gente de diferentes generaciones, diferentes disciplinas, que no hayan pasado por la universidad… todo eso enriquece el tejido social.

La exposición «La vía chilena en el diseño» no es solo una mirada al pasado, sino una invitación a repensar el presente. Como dice Precht, “el diseño es una disciplina que puede ser perfectamente utilizada para la justicia social, para la democracia.”

En un momento en que las democracias occidentales muestran signos de debilidad, la experiencia chilena de los años 70 nos recuerda que es posible imaginar y construir alternativas. Que la creatividad, la participación ciudadana y el diseño pueden ser herramientas para transformar la sociedad.

La exposición «La vía chilena en el diseño» se puede visitar en el Museo del Diseño de Barcelona hasta el 16 de noviembre de 2025.