Navegando por las plataformas digitales, creando hábitos saludables

La segona sessió del cicle «Créixer entre pantalles? Educació, tecnologies i democràcia», va reunir expertes de diversos camps per abordar els reptes i les oportunitats que presenta l'era digital pel desenvolupament saludable dels infants i adolescents.

Nueva York ha tomado medidas para salvaguardar la salud mental de los jóvenes, presentando una denuncia contundente contra las grandes plataformas de redes sociales como TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube. Un informe del Wheatley Institute de la Universidad Brigham Young ha alertado que los jóvenes que pasan una cantidad significativa de tiempo frente a las pantallas tienen el doble de probabilidades de padecer depresión.

Esta denuncia, presentada ante el Tribunal Supremo de California, categoriza las redes sociales como «amenazas para la salud mental», reforzando así la determinación de la ciudad de abordar esta cuestión urgente. El pasado mes de febrero, el Ayuntamiento de Barcelona, reflejándose en esta medida, da un paso adelante en la protección de los menores frente a las amenazas de las redes sociales anunciando que ofrecerá asesoramiento legal para las asociaciones y entidades que quieran denunciar las redes sociales.

Con este telón de fondo, la segunda sesión del ciclo «¿Crecer entre pantallas? Educación, tecnologías y democracia» exploró la transformación de los hábitos de consumo digital entre los jóvenes y destacó, con el asesoramiento de expertos, las señales de alarma de un uso inadecuado de las tecnologías digitales. Además, proporcionó herramientas y consejos prácticos sobre cómo fomentar una salud digital óptima durante la etapa de crecimiento.

Algunas definiciones de bienestar digital

En el comienzo de la sesión, cada ponente tuvo un minuto para definir el bienestar digital desde su propia perspectiva, subrayando la importancia del equilibrio, la conciencia y el control en el uso de la tecnología.

Según Elisenda Noguera Guillamet, Jefa del Servicio de Salud Pública de la Diputación de Barcelona, «el bienestar digital no se reduce únicamente a evitar el empleo excesivo, sino también a garantizar que este no nos prive de una vida normal y saludable». Por su parte, Elena Flores Márquez, psicóloga clínica de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, destacó que «un buen bienestar digital implica minimizar los riesgos y fomentar un uso saludable de las pantallas». Anna Ramis, maestra y pedagoga, resaltó la importancia de «ser conscientes de la salud, el control y el disfrute de los recursos que nos ofrecen los medios digitales, clave para llevar una vida digital saludable».

Datos y tendencias en el uso digital de los jóvenes de Barcelona con las pantallas

Elisenda Noguera Guillamet expuso datos relevantes sobre los hábitos de consumo digital entre los jóvenes, basados en los resultados de la Encuesta de hábitos de salud a alumnos de cuarto de la ESO (primer trimestre 2023-2024), que elabora la Diputación de Barcelona desde 2015 y que cuenta con aproximadamente 30,000 respuestas.

Los resultados de la encuesta revelan que el 95.4 % de los adolescentes encuestados, de edades comprendidas entre 10 y 15 años, hacen uso de internet. Según Noguera, «tener acceso a internet es normal, ya que la adolescencia es un momento clave en la construcción de la identidad y las relaciones sociales. Las tecnologías no son perjudiciales; es el uso inadecuado lo que puede conllevar riesgos».

La encuesta de la Diputación de Barcelona también revela diferencias significativas en los hábitos de consumo entre los sexos. Hay un aumento en el uso de videojuegos y redes sociales, con un 77.6% de chicas y un 61.9% de chicos utilizándolos, tanto en días laborables como en fines de semana. Sin embargo, los chicos tienden a jugar más a videojuegos (51.1%), mientras que las chicas hacen una mayor utilización de las redes sociales (77.6%).

Noguera enfatiza la necesidad de promover la salud digital, enseñando a los jóvenes a navegar en entornos digitales de manera segura y promocionando una actitud crítica. Además, destaca la importancia de ofrecer un acompañamiento digital desde todos los ámbitos: familiar, educativo, comunitario, grupos de iguales y entidades juveniles.

Señales de alarma y efectos en la salud mental

Elena Flores Márquez examinó los indicadores de alarma que señalan un uso inadecuado o adictivo de las pantallas, así como los efectos negativos en la salud mental de los jóvenes. Estos incluyen cambios en los patrones de entretenimiento y alimentación, el establecimiento predominante de nuevas relaciones sociales digitales, la negligencia de otras actividades, ausencias y bajo rendimiento escolar, así como un incremento en la dependencia tecnológica y el aislamiento social. También es esencial prestar atención al tipo de contenido al que están expuestos, ya que pueden ser vulnerables a temas como la autolesión, el suicidio, el ciberacoso y las estafas.

Un aspecto crítico, según Flores, es cómo esta exposición a contenidos inadecuados les afecta. «Aunque no exista una relación directa entre los videojuegos violentos y los cambios de comportamiento, los jóvenes pueden percibir este contenido como real, acentuando la necesidad de intervención personal.» El abuso de las redes sociales y los dispositivos electrónicos también puede ser un indicador de problemas más profundos de salud mental. «No siempre es la causa, sino más bien un síntoma de otras dificultades que los jóvenes pueden estar experimentando», destaca Flores.

Además, afirmó que no se debe olvidar que las redes sociales también han proporcionado beneficios para la salud, ya que han permitido que personas que sufren soledad encuentren relaciones y referentes positivos. «Es necesario promover la salud digital desde las primeras etapas de la vida».

Consejos y recomendaciones para un bienestar digital y saludable

Anna Ramis reflexionó sobre el papel crucial de las familias, personas educadoras y toda la sociedad en el fomento de un desarrollo digital saludable entre niños y adolescentes, compartiendo recomendaciones prácticas para promover un equilibrio adecuado en el uso de las tecnologías desde las etapas más tempranas.

Una de las ideas más destacadas fueron las tres P’s:

Presencialidad: No hay educación sin presencialidad. Es fundamental establecer una conexión directa con niños y adolescentes, tanto en sus actividades digitales como en sus interacciones cotidianas.
Progressivitat: Donde se encuentran los dispositivos, qué horarios se establecen, quién tiene acceso, son de carácter personal o compartido, quién tiene accesibilidad a los aparatos. Es importante introducir progresivamente los dispositivos digitales en la vida de los jóvenes, estableciendo pautas claras y adaptándolas a medida que van madurando.
Permissivitat: No consiste ni en permitirlo todo, ni en prohibirlo todo, sino en establecer rutinas y normas, y en buscar rutinas digitales saludables (que las hay). Es necesario promover una actitud flexible, fomentando la autonomía de los jóvenes en la gestión de su vida digital, al mismo tiempo que se establecen límites claros y saludables.

«Necesitamos que los niños y adolescentes dejen de ser consumidores y pasen a participar en la creación de tecnología. Hay que trabajar con ellos en el aspecto creativo de la tecnología para reflexionar sobre ella y enseñarles a generarla y producirla», afirmó Ramis.

El evento concluyó con un espacio interactivo donde el público pudo plantear preguntas y compartir sus preocupaciones y experiencias. Se puso énfasis en la necesidad de una regulación más efectiva de los contenidos en línea, así como en la importancia de fomentar el pensamiento crítico desde las etapas más tempranas de la vida.